Wednesday, April 11, 2007

Pip, pip, pip...


1.Lo dudé durante muchos días, sin embargo comencé a pulsar las teclas del teléfono. Paré, dejé de marcar aquel número. No sabía que hacer y le cerré la tapa al teléfono.
2.Un instante después lo volví a coger y escribí un mensaje intentando evitar el miedo o la cobardía que me apretaba tan fuerte en aquel momento al intentar articular palabras con mi voz rota (y ahora también)
3.Acabé y lo envié, dejé el teléfono solo, me fui como con miedo a lo que podía pasar.
4.Media hora después volví a mirarlo y un sobre indicaba que alguien me había contestado, leí el mensaje y me sentí mal; me sentía muy mal. Estaba arrepentido.

5.Y lo peor es que me había contestado lo que yo quería leer, sin embargo que mal lo estaba pasando.

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